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Efemérides: Hoy se cumplen 155 años del Combate del 2 de mayo

Hoy es el aniversario número 155 del Combate del 2 de mayo, librado en las aguas del mar chalaco. Lo que inició en 1863 como un conflicto civil, terminó siendo uno bélico. Pasado el medio día del 2 de mayo de 1866, el puerto del Callao recibió los primeros disparos que iniciarían el combate, que en palabras del historiador Jorge Basadre, «logró robustecer el espíritu nacional peruano».

Luego de la batalla de Ayacucho, para el 1860, el Perú era un país totalmente independiente de España, y logró establecer reciprocas acciones de buena voluntad con el país peninsular. Sin embargo, en 1863, ocurrió un accidente en Lambayeque que involucró la muerte de un colono agricultor español. Este hecho fue explotado por las autoridades españolas que aun quedaban en el Perú, y escaló a ser una crisis internacional exacerbada ante el gobierno español por el funcionario diplomático Eusebio Salazar y Mazarredo.

El general español Pinzón, quien estaba al mando de la escuadra española, capturó el 14 de abril del 1864 las islas Chincha, de donde proveía la mayor cantidad de guano de exportación, a su vez que estableció un bloqueo en el puerto del Callao. Todo esto como represalia por la muerte de aquel colono.

Por su parte, el gobierno peruano, bajo el mando del general Pezet, buscó en todo momento una salida diplomática al impasse, considerando, además, que el país no contaba con los medios militares y navales para hacerle frente a una fuerza naval como la española. Buscando lograr un arreglo pacífico, el Perú comisionó al general Manuel Ignacio de Vivanco para negociar con el general español José Manuel Pareja. Sin embargo, a pesar de haber firmado la paz, se tuvo que reconocer una deuda económica con España.

El gobierno peruano sabía que tenía que implementar su armada, por lo que ordenó la adquisición en Francia de las corbetas Unión y América, y en Gran Bretaña de los blindados Huáscar e independencia. Además, se dispuso la construcción en el Perú del monitor Victoria y la transformación del vapor Loa, convirtiéndose ambos en los primeros blindados que tuvo nuestra armada.

Para la mala suerte del gobierno, la opinión pública nacional consideró que el tratado Vivanco-Pareja era contrario a los intereses del Perú y el levantamiento popular no se hizo esperar. Es así como el Perú le declara la guerra a España el 14 de enero de 1866. Como aun no se tenían en el Perú a los buques Huáscar e Independencia, los únicos capaces de enfrentar con éxito a la escuadra española, se enviaron a las cuatro naves principales de nuestra escuadra al sur de Chile, a lo que hoy se conoce como la estrategia de “flota en potencia”, donde debían aguardar el arribo de los dos nuevos blindados para actuar luego en conjunto contra la fuerza enemiga.

La fragata Apurímac y las corbetas Unión y América, junto a la cañonera chilena Covadonga, conformaron la escuadra aliada, que bajo el mando del capitán de navío peruano Manuel Villar, rechazaron de manera contundente el 7 de febrero del 1866, en el Combate de Abtao, el ataque de las fragatas españolas Villa de Madrid y Blanca

El 31 de marzo del 1866, el puerto de Valparaíso fue bombardeado, por lo que la armada peruana sabía que el Callao sería el siguiente. El 2 de mayo del mismo año, pasado el medio día, iniciaron los disparos al puerto chalaco, provenientes del blindado Numancia . Luego, fue la torre de la merced, en donde fijó su puesto para dirigir el combate el secretario de guerra y marina José Gálvez, la que rompió los fuegos, a la vez que se desplegaba el pabellón nacional, generalizándose el combate por ambas partes.

En batalla, la Numancia, recibió dos impactos: uno del monitor loa y otro de las baterías de tierra, resultando herido el propio brigadier Méndez Núñez, su comandante. La Villa de Madrid también sería impactada por un proyectil que le causó otros graves daños y causó la muerte de 40 tripulantes, obligándola a salir de la línea.

Al mismo tiempo, la Torre de la Merced recibía un ataque. Una explosión dio muerte a todos los que allí se encontraban, entre ellos el secretario de guerra y marina, don José Gálvez. Los cañones de tierra y los cañones de nuestros buques siguieron disparando hasta el último momento. La Numancia y la Vencedora fueron los últimos buques españoles en retirarse, aproximadamente a las 5 de la tarde y lo hicieron lentamente, recibiendo aún el tiro de nuestros buques.

Como dijo el historiador Jorge Basadre, “se logró robustecer el espíritu nacional peruano” y que por ello, después del Ayacucho, “el dos de mayo de 1866 es un día cumbre en la historia republicana del Perú, y más que una jornada militar, es una jornada cívica”.

Caretas.

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